Y me atraganté a consejos y cuando terminé y le pregunté contestó con cara de nada que no había entendido mucho, pero que quizás, en algún momento, que muchas gracias de todos modos. Ah, gracias a vos por avisarme, le dije, y me fui con el orgullo más que opacado pero además dolida, porque cuando uno le confía algo que realmente valora a otro, espera que al menos la escuchen.
Después me arrepentí un poco. Quién me manda a mí hacer de oráculo.
1 comentario:
Me encantó...
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