18/11/10

Incomprensiones

Ángeles alados, ¿dónde? En mi balcón inexistente sólo hay un par de macetas rotas con un poco de tierra. Hay un amanecer partido por la mitad, cuya rotura se desborda cada día entre las sombras de los pocos muebles que hay en este cuarto. Si me asomo o llueve o nieva. Es un pedazo de muro sobresaliendo de la pared como un pobre montículo de tierra. Maldito cielo, maldito balcón. Por él dejaría caer cada espejo de esta casa. Un buen día van a hacerlo y será sobre mí. Yo no me voy a dar cuenta porque voy a estar ocupada regando unas margaritas ahí abajo. Entonces, uno por uno, van a romperse en mil pedacitos junto conmigo. La de arriba quedará feliz en una casa sin espejos, y la de abajo estará muriendo tan inexperta en cuestiones de balcones y margaritas.

Y no va a venir ningún ángel a explicar el misterio.

No hay comentarios: